El Pragmatismo, doctrina creada por Charles Sanders Peirce (1839 – 1914) y popularizada, con variaciones, por William James (1842 – 1910) es la única propuesta filosófica de origen norteamericano. Su influencia en nuestra disciplina ha sido notable. Ente los primeros pragmáticos se encontró George Herbert Mead (1863 – 1931) cuyas ideas, retomadas por Herbert Blumer, sentaron las bases del interaccionismo simbólico y más generalmente a la llamada Escuela de Chicago. Erving Goffman y Harold Garfinkel, entre otros, incluyeron en sus enfoques teóricos y metodológicos algunas ideas centrales del Pragmatismo.

En Europa los trabajos de Peirce fueron retomados por la Escuela de Frankfurt, en especial por Karl-Otto Apel y Jürgen Habermas.

Actualmente asistimos a un resurgimiento de teorías y enfoques metodológicos en Sociología que reclaman ser herederas de esta corriente filosófica: el nuevo giro pragmático en Sociología, en Francia (Luc Boltanski, entre otros) y la nueva sociología pragmática, en Norteamérica (Neil Gross, entre otros).

Si bien muchos de aquellos autores pueden resultar familiares a los estudiantes, no suelen serlo los supuestos filosóficos sobre los que sus teorías se fundan. El Pragmatismo constituyó una superación de la filosofía de la modernidad, en especial del dualismo mente – materia, y del empirismo – racionalismo. Profundizar en el conocimiento del Pragmatismo constituye entonces una necesidad para la comprensión sustantiva de las propuestas sociológicas mencionadas, al tiempo que aporta una fuerte dosis de aire fresco a los modos de teorizar y experimentar en ciencias sociales.