Instituciones Políticas II es un curso enteramente dedicado al estudio de los partidos políticos. El curso está guiado por una multiplicidad de preguntas. Por ejemplo: ¿Por qué existen partidos? ¿Cuál es el origen de los partidos? ¿Qué tipo de partidos es más probable que emerjan en función de determinadas coyunturas históricas? ¿De qué modo el origen de un partido afecta sus características organizacionales? ¿Existe variación en el tipo de organización interna que se da un partido? Dado que las reglas del juego electoral son una creación deliberada de los propios partidos: ¿Cuáles son los efectos que estas reglas tienen sobre los partidos y los sistemas de partidos? Qué efectos específicos tienen distintos tipos de reglas electorales? ¿Cuándo tenemos un sistema de partidos (y cuándo no…)? ¿Bajo qué condiciones cambian los sistemas de partidos y qué indicadores usamos para medir dicho cambio a través del tiempo? Estas son algunas de las preguntas fundamentales sobre partidos y sistemas de partidos abordadas en nuestro curso y que constituyen el centro de preocupación de la literatura sobre partidos, tanto en democracias avanzadas como en el amplio abanico de casos comprendidos en la tercera ola de democratización.
Para responder a estas interrogantes, el curso se estructura en tres bloques temáticos, dedicados al estudio del (1) origen de los partidos políticos; (2) los modelos de partido y; (3) los sistemas de partidos. Cada uno de estos bloques, es abordado jerarquizando distintas perspectivas teóricas (más que autores) en el estudio del poder y las instituciones políticas. De este modo, el curso recorre las respuestas de explicaciones institucionalistas clásicas, rational choice, teorías organizacionales, sociológicas e institucionalismo histórico. En conjunto, el curso provee una perspectiva panorámica al estudio de los partidos haciendo uso de textos clásicos de la disciplina.
Ninguna de las interrogantes sugeridas arriba pregunta por qué son importantes los partidos. Sin embargo, esta pregunta es una constante implícita en este curso. Más explícitamente: ¿puede funcionar la democracia sin partidos? La respuesta a esta pregunta ha merodeado a la literatura sobre instituciones políticas durante las últimas ocho décadas y rara vez encontramos argumentos contra la máxima de Schattschneider (1942) por la cual la democracia es impensable sin partidos. En particular, el curso especula con distintos escenarios y provee evidencia empírica de contextos históricos en países donde los partidos son agentes virtualmente inexistentes o extremadamente débiles en las elecciones, los parlamentos y el gobierno. Sin partidos que sean capaces de combinar y canalizar en forma estable las preferencias de los ciudadanos, la democracia representativa se enfrenta a serios problemas que pueden poner en riesgo la estabilidad democrática.